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Voces en las pupilas

 

Voces en las pupilas


En la arena de las realidades,

ausentes están las rocas de las verdades.

Mares arrastran versiones derrotadas y

Su educación consagra,

el  heroísmo de sus genocidas.



El sinsentido de la existencia,

teje hegemonía a la verdad.

Amordaza cada pensamiento

entregado al sometimiento.



Alimentadas/es/os del castigo,

dogmatizamos maltratos,

imposibilitadas/es/os de comprensión,

normalizamos la violencia,

como parte constitutiva del

Deber Ser.



Nos educaron para complacernos del látigo,

agradecer las migajas de nuestro trabajo,

silenciar ante la humillación y

olvidar el sol en la piel.





El tiempo se vuelve prisión del maltrato,

de las jaulas que olvidan las risas del amar.

Perder serotonina en la repetición del desagrado,

ver tu cuerpo consumido en 

sertralina y clonazepam.



Modelos espirituales, educativos, laborales,

aunados para esclavizar.

Desesperar la respiración,

como estandarte de la pobreza.


Las verdades se reverencian,

al fetiche de la objetividad,

enceguecidas a las necesidades

de sus pueblos.


              Insurrecto el ánimo colaborativo,

abierto a las entrañas vulnerables,

a la belleza y contención del error,

a la intimidad que compromete,

comprendernos.


Mirar hacia arriba, posicionarnos abajo,

mirar abajo, despreciar

¿cómo profundizas en mi,

sin contacto horizontal?



                                                              ¿Sientes la profundidad, 
                                                                     que conlleva entrar en la mirada?


No es suerte mi camino,

son privilegios.



La violencia aberra o complace,

a quienes la observan.



En el extractivismo,


Los derechos de la humanidad,

Nada podrán lograr,

Sin derechos 

Para amar  nuestro tiempo.


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