La peligrosidad del estereotipo
¿Hombre? ¿Mujer? ¿No-binarie?Los estereotipos nos ayudan a ordenar el mundo, si bien son inevitables a nivel social, no significa que estén por sobre nuestros procesos íntimos de identidad y del proceso de pensar qué nos acomoda más en nuestra experiencia de vida.
Los estereotipos femeninos invitan a una actitud pasiva, en el cual se convierte en un ser co-dependiente de un otro que le totaliza y está encargado de su placer, felicidad, estabilidad económica, etc. En este animo, nosotras, las mujeres, perdemos nuestra autonomía y quedamos en una peligrosa situación en la cual otra persona se hace cargo de nosotras, como si fuese una figura de crianza, y la relación simétrica (de igual a igual se pierde).
Difícilmente, se podría dar una relación reciproca, equitativa y respetuosa si se basa en la a simetría del vínculo, en donde una persona se hace cargo de la otra, quitando toda oportunidad de autonomía y aún más importante, su búsqueda de autenticidad, de reconocerse como una persona única pero vinculada a lo social (Intersubjetividad)
El proceso de buscar nuestra identidad, reconocer nuestras necesidades en todo ámbito, emocionales, psíquicas, económicas, vocacionales, nuestro sentido de vida, esta fuertemente vinculado a nuestra identidad. La cual, se ve coartada si está alienada a estereotipos de género, los cuales invitan a formas de Ser rígidas, que no necesariamente, responden a la autonomía y autenticidad de las personas, en sus propias y particulares experiencias de vida.
Los estereotipos si bien, buscan ordenar los comportamientos en estadísticas, no son estructuras rígidas para que las personas adhieran a sus propias metas de Quién Ser, o cómo Ser. Es necesario, esos diálogos constantes en donde nos encontramos a nosotras mismas, y buscamos lo que nos hace sentido, vibrar nuestra voluntad hacia los objetivos que nos proponemos, disfrutar cada proceso que significa, llevarse bien contigo misma.